¿POR QUÉ ELEGIR ALUMINIO?

El aluminio es un metal liviano y versátil que, al combinarse con pequeñas proporciones de otros metales, permite obtener aleaciones con características específicas ideales para diversas aplicaciones. Este material actúa como una excelente protección contra factores externos, al tiempo que asegura confort en el interior de los edificios.

Entre sus principales atributos destacan su resistencia, durabilidad, flexibilidad y ligereza. Estas propiedades lo hacen especialmente apropiado para el sector de la construcción, ofreciendo múltiples ventajas en la fabricación de componentes y en una amplia variedad de usos. Gracias a estas cualidades, es posible desarrollar soluciones constructivas complejas, como grandes fachadas acristaladas.

En términos estéticos, el aluminio ofrece una gama ilimitada de acabados que se mantienen inalterables con el paso del tiempo: desde anodizados y tratamientos mecánicos hasta lacados de color e imitaciones de madera. Además, es un material altamente sostenible: puede reciclarse casi en su totalidad y su proceso de reciclado consume tan solo una fracción de la energía necesaria para su producción inicial.

INCOMBUSTIBILIDAD

Una de las ventajas clave del aluminio es que no es inflamable ni emite sustancias tóxicas cuando se expone al fuego. Su punto de fusión, que alcanza los 660 °C, se presenta solo en situaciones de incendios muy avanzados. Estas cualidades lo hacen ideal para sistemas de cubiertas y fachadas, ya que minimizan la carga térmica en las estructuras, prolongando el tiempo para evacuar y facilitando la labor de los equipos de emergencia.

NO TOXICIDAD

El aluminio es completamente inocuo, no tiene olor y es altamente higiénico. Sus propiedades como barrera impiden el paso de gases, humedad, olores y microorganismos. Su superficie lisa evita la acumulación de bacterias y permite una limpieza sencilla, lo que lo convierte en un material confiable para espacios que requieren altos niveles de salubridad.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

Este metal tiene un rendimiento sobresaliente frente a la presión del viento, destacando frente a otros materiales. Su resistencia estructural es intrínseca, sin necesidad de refuerzos adicionales, lo que le permite mantener su forma sin deformarse. En carpintería de aluminio, como ventanas y puertas, obtiene las máximas clasificaciones en ensayos de resistencia al viento conforme a normas como la UNE-EN 12211:2000.

Con un peso específico de solo 2,7 g/cm³, el aluminio es tres veces más liviano que el acero. Las aleaciones comerciales permiten alcanzar niveles de resistencia mecánica muy elevados, incluso hasta 60 kg/mm². Además, su rigidez puede adaptarse a las exigencias estructurales mediante el diseño del perfil y el espesor del material. Este diseño permite integrar funciones adicionales, como canales para drenaje o alojamientos para herrajes, aumentando su funcionalidad.

RESISTENCIA ESTRUCTURAL Y DURABILIDAD

Gracias a su resistencia y comportamiento ante agentes externos, el aluminio permite construir estructuras amplias y estables. Posee una alta resistencia a la corrosión, derivada de una capa natural de óxido que se forma en su superficie. Esta capa es permanente y autorregenerable, y puede mejorarse con tratamientos como el anodizado o el lacado, lo que extiende la vida útil del producto y reduce al mínimo el mantenimiento requerido.

RECICLAJE Y EFICIENCIA ENERGÉTICA

El aluminio puede reciclarse de forma indefinida sin perder propiedades ni calidad. Actualmente, cerca de un tercio del aluminio utilizado a nivel global proviene del reciclaje. Este proceso requiere únicamente el 5% de la energía necesaria para la producción primaria y emite solo una fracción de los gases de efecto invernadero.

En carpintería, los sistemas que incorporan rotura de puente térmico permiten ahorrar hasta un 40% de la energía que normalmente se perdería a través de ventanas y puertas. Esto lo convierte en una opción clave para mejorar la eficiencia energética de los edificios y reducir su huella ambiental.

Desde la perspectiva ambiental, económica y social, el aluminio es un recurso sostenible gracias a su disponibilidad, su tasa de recuperación del 95% en la construcción y su nula toxicidad.

MALEABILIDAD Y ESTÉTICA

Una de sus grandes ventajas es la facilidad para adaptarse a cualquier diseño. Su maleabilidad permite fabricar piezas con formas complejas y precisas, con tolerancias extremadamente ajustadas. Esta cualidad lo convierte en un material ideal para fabricar perfiles a medida, integrando estética y funcionalidad.

Además, el aluminio es ampliamente utilizado en sectores como el automotriz, mobiliario, arquitectura interior y exterior, molduras decorativas y estructuras de fachada, gracias a su resistencia, estética y capacidad de personalización.

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